Eligiendo el destino
¿Qué tipo de pasaje compro? ¿Vuelo directo o con escalas? En esta oportunidad te contamos qué puede pasar al momento de elegir un vuelo con múltiples conexiones.
Hace unos años, para ser más precisa cuatro, decidí que ya era hora que mi mamá, se diera la oportunidad para conocer la magia de volar por los aires… pero con escalas. Era alguien que jamás había viajado ni en avión ni tenido pasaporte en su vida. Así que luego de unos meses de incesantes sugestivas, logré convencerla que al menos me dijese a qué lugar se animaba a ir: a la playa.
Comienza la búsqueda
Allí entonces comenzó mi investigación: luego de pasar por Venezuela, Colombia y Cuba -y a pesar que todas contaban con una gran herencia histórica para conocer y playas paradisíacas para relajarse – el destino elegido elegido fue México. La razón ganadora fue la facilidad para poder moverse entre los lugares a visitar (Cancún y Playa del Carmen). Esto en contraposición a los otros tres destinos que implicaban traslados a islas y/o cayos.
¡A emitir se ha dicho!
Una vez decidido esto comenzó la búsqueda de vuelos. Un paquete que incluyese un tipo de hospedaje all-inclusive en nuestro caso estaba descartado por varios motivos:
- nos gusta salir y recorrer lugares
- nos gusta manejar nuestros propios horarios
- preferimos ir a un supermercado y comprar productos locales para prepararnos nuestra propia comida
Y llegó el momento de elegir el vuelo. Al no tener restricción de fecha para viajar, estaba abierta a leer propuestas y tomarme mi tiempo para elegir. Pero vale aclarar que los vuelos a la Riviera Maya suelen tener un costo elevado.
Una vez encontrado el vuelo y a punto de emitir (hacía una breve escala en Lima) me llega un correo de una famosa agencia on line con una precio demasiado tentador: los dos vuelos salían exactamente al mismo precio que uno del otro. ¿La contra? Las escalas, por supuesto.
Una cosa es que te lo cuente y otra muy diferente es experimentarlo ao vivo
Primera parte del periplo
Contentas porque nos habíamos ahorrado bastante plata, que posteriormente invertiríamos durante el viaje, llegó el día de partir. Y junto al estreno del pasaporte de mi mamá, comenzamos la travesía bajo el siguiente cronograma de ida:
Como podrán observar la primer escala en el Aeropuerto Internacional de São Paulo-Guarulhos (SAO) era de poco más de 8 horas y durante la noche.
Una curiosidad cuando llegamos a San Pablo es que desconocíamos que si compras en el Free Shop desde donde partís – y el próximo destino no es el último, o sea que tu vuelo tiene más escalas- podés tener problemas al pasar por la aduana en conexión. Entre nuestro cansancio y un escaso portugués pudimos pasarlo pero que algo nos dijeron sobre ese tópico seguro. ¿Ahora qué? Ni idea.
La opción de egresar del aeropuerto para ir un hotel fue descartada principalmente por el tema del congestionamiento de tráfico en la ciudad de San Pablo. Y si también se tiene en cuenta que había que regresar temprano por las 3 horas antes en que se debe estar para vuelos internacionales, es por ambas razones que decidimos pasar la noche allí.
¿Y ahora qué hacemos?
Luego de dar varias vueltas hasta el cierre del Free Shop de ese aeropuerto, decidimos ir a dormir -como y en donde pudimos- sobre algunos de los pocos asientos que quedaban, ya que para ese momento había bastantes personas durmiendo. Claro que en ese entonces no existía esta maravillosa opción: Fast Sleep. Un servicio de «cabinas confortables con litera, cuarto de baño, TV e internet, para que puedan descansar mientras esperan sus vuelos» informa su página.
Para las 7 de la mañana ya no soportábamos más nuestros «aposentos». Así que nos «levantamos», desayunamos algo y seguimos con nuestro vuelo. Al llegar al DF de México las ansias de conocer la «Plaza de la Constitución» o la casa-museo de Frida Kahlo se quedaron en ganas, porque con las 5 horas de tránsito estábamos muy justas, así que nos quedamos paseando por las dos terminales del aeropuerto.
A todo esto aprovechamos para cambiar allí pesos argentinos por pesos mexicanos. Es que para ese entonces corría una restricción cambiaria en nuestro país para comprar moneda extranjera. Y luego volvimos a salir para el último destino; después de poco más de un día de viaje llegamos a Cancún.
Segunda parte del periplo
Luego de unas hermosas vacaciones venía lo peor y por partida doble; regresar a casa y en una travesía de 3 escalas. Aquí el cronograma de final:
La primera conexión no fue tan tediosa. Paseamos nuevamente por los dos sectores del aeropuerto e invertí las últimas monedas que me quedaban en los «Siete ensayos sobre Walter Benjamin» de Beatriz Sarlo, que adquirí en la librería del aeropuerto. Almorzamos una pizza gigante con muchos ingredientes y salsa Valentina, porque el picante para ellos es moneda corriente, y partimos hacia San Pablo.
Ahora viene la peor parte del viaje… bah, de todos los viajes que acuño en mi vida. No es por asustarlos pero fue un vuelo de poco más de 9 horas de plenas turbulencias; y así fue desde que despegamos hasta que aterrizamos.
Cuando llegamos teníamos reservado un tour en automóvil por la ciudad de San Pablo que duraba 3 horas y recorría los principales puntos de la ciudad. Pero después de semejante zamba de vuelo y a las casi dos horas de recorrido le explicamos lo ocurrido, y por supuesto que lo entendió y nos llevó de regreso al aeropuerto.
Vale destacar que nos cobró un proporcional de la excursión por las dos horas nada más. Y allí nos quedamos esperando hasta nuestro destino final: Buenos Aires… y llegamos a casa nomás.
Reflexiones finales acerca de viajar con escalas
Ahora cabe la pregunta inicial ¿vuelo directo o con escalas? Esa respuesta es algo muy personal, pero acá va la mía. Si consiguen un ofertón como el que conseguí yo, lo recomiendo. Pero dormiría en un hotel o unos dormis como los que existen ahora en el aeropuerto. Si no hay tanta diferencia en el precio no; porque llegás agotado y cansado, entonces no vale la pena la proporción beneficio/ahorro.
Este vuelo venía ya preparado así pero a veces se puede jugar un poco y cambiar la escala. Para que en vez de horas sean días y así poder lograr un vuelo con stop over. En mi caso no fue solicitado porque yo quería ir a la playa. Pero si la escala del DF hubiese sido tan larga como la de San Pablo definitivamente hubiese recorrido la ciudad en ambas paradas.
Espero que les sirva mi experiencia y la tomen en cuenta al momento de emitir un vuelo con estas características.
Muy buenos textos y recomendaciones.
Yo siempre opto por las menos escalas posibles, a menos de que, como tu explicas, la oferta sea muy tentadora.
Saludos y gracias ppr las recomendaciones y tíos para buenos viajes.
Gracias por tu comentario tocaya, con esta experiencia aprendimos a viajar si es posible sin escalas, pero si sale otro ofertón… a veces es difícil resistirse, jaja. Saludos