Como muchos ya saben, a principios de este año me vine a vivir a Estados Unidos. Tuve una oferta de trabajo, y decidí finalmente mudarme. Me vine solo, en plena pandemia y en el invierno de acá. No fue fácil.
Creo que hoy en día, muchos en Argentina se quieren ir, pero tomar la decisión no es tan fácil como parece. Hay muchos factores, el arraigo, la familia, los amigos. Algo tan simple como pedir empanadas, comprar unas milanesas, un cuartito de helado, juntadas espontáneas con amigos, esas pequeñas cosas que damos por sentado son las que luego se extrañan más.
Por supuesto que hay muchos pros. Vivir en un país estable, seguro, sin inflación, poder planificar tus vacaciones un año antes porque el precio va a ser el mismo. Acceder a un montón de productos y opciones, que al principio puede ser abrumador.
Todo eso es buenísimo. Pero el ser humano es un bicho social, y el argentino aún más. Nos gusta rodearnos de gente, amigos. Por eso cuando uno viaja solo, es fundamental abrirse a nuevos círculos, conocer gente. Empezar actividades nuevas. Uno se da cuenta que hay mucha gente en la misma situación.
En la ciudad en la que vivo, Washington DC, hay mucha gente de paso, que vino sola, y está en la misma, también están ávidos de conocer gente. Hay una comunidad latina grande, y somos muy parecidos, nos gusta socializar. El estadounidense puede parecer un poco más frío y distante en un principio, pero a la larga busca lo mismo. La clave es abrirse a nuevas experiencias y decir que sí: sí al happy hour, sí a la salida al museo, sí a salir a correr, cualquier actividad que permita conocer gente. La ciudad está reabriendo luego de la pandemia, y por suerte hay varias opciones, y eso ayuda mucho.
En agosto fue mi cumpleaños, y por primera vez me tocó festejarlo en verano. Invité a amigos y gente que fui conociendo durante estos meses. El clima mucho no acompañó, pero la idea era usar la pileta y tirar unas hamburguesas a la parrilla (a gas, de esas que se ven en las películas). Un clásico de todos mis cumpleaños es la Chocotorta. Este año no iba a poder comprar las cosas en el súper, acá es difícil conseguir dulce de leche, y más difícil conseguir las galletitas.
Por suerte hay opciones para comprar productos argentinos online y que llegan a los pocos días. Así que hice mi pedido a Pampa Direct, que son especialistas en esto, y a los pocos días ya tenía todo lo necesario para hacer mi Chocotorta. Fue un éxito! Amigos de otros países no la conocían, y les encantó.
Poder tomar unos mates, comer alfajores, esas pequeñas cosas que nos acercan a lo nuestro y nos hacen sentir más cerca. Gracias a Pampa Direct, es más fácil.
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